doctor sentimiento y pensar

Este espacio multipersonal, carente de toda censura, acopio de decencia, y lógica formal, es decir una payasada por no poner otro término. Comúniquemonos con libertad, esa que en muchas ocasiones nos es negada o nos mordemos la lengua, aunque en este caso tendría que ser el dedo ...

24.5.06

la rucia y el japones...

desde hace más de un siglo sideral se cuenta la leyenda de une rucia simpatica y
de un japones hccic on avecindado en esta comarca,que con su labia lisonjera en unas beligerante en otras,hizo indisponerse a la rucia que le paraba los carros y el haciendose el sumiso se sonreia y en medio de la pelea se dieron tremendo calugazo,si hasta las hojas de precoces arbolitos sonrojaron y entre pellizcones y elevadas el que se agarraba la guata de la risa era el delegado de la colonia que como nunca no encontraba negativa alguna en llenar sus arcas y las miserias y tormentos con el erotismo de la rucia y el ojitos rasgados a todos entretenía,era como si alguien los hubiese mandado decia una vieja que comia lenteja.

4 Comments:

  • At 10:51 p. m., Blogger Roxi said…

    Muy buen relato, alegre, coloquial y colorido. Por lo mismo parece un relato de primavera para auyentar el frío de la mañana y el maldito smog ... por que la anunciada lluvia no llega nunca.

     
  • At 9:36 a. m., Blogger Roxi said…

    Padre: ¿Por qué ha dejado de escribir?
    Estoy esperando otra historia en este espacio sin censuras.
    Besos

     
  • At 12:53 p. m., Blogger FAHN said…

    bien doctor...
    podría inventar una terapia de parejas basada cientificamente en el relato...
    como sabe con los avances de la ciencia...
    está ausente hace tiempo...
    me imagino... vacaciones de dr.

     
  • At 3:20 p. m., Blogger Roxi said…

    Padre, cuando esté más animado vuelva a escribir, ¿bueno?
    Recuerde que adquirié ese compromiso este sábado recién pasado.
    Y ve, ya no sólo le comento yo, ahora ha recibido la visita de ars.
    Otro motivo pa´seguir deleitándonos con sus urbanas y muchas veces inconexas (pero no menos ciertas) narraciones.
    Un abrazo grande!

     

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